Edificio construido tras la Guerra
Civil, con un lenguaje formal adecuado al nuevo régimen, con detalles
decorativos de inspiración clásica.
Destaca la calidad constructiva de
sus acabados en fachada con elementos decorativos realizados en piedra
artificial y morteros, con una cuidad ejecución para quedar vistos sin pintar.
La totalidad de la piedra artificial y de los morteros han sido pintados,
perdiendo su calidad constructiva original.
En su interior se usa el mármol en
pavimentos, carpintería de madera de castaño, decoraciones de escayola y
rejerías, en una solución constructiva y decorativa habitual en los edificios
de esta década.
Los bajos y
la entreplanta deberán recuperar su configuración original.
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